Siempre
esperé que me lo diesen todo hecho, que no tuviese que mover ni un
dedo para conseguir lo que quería y llegó un momento en el que me
choqué con la realidad, me di cuenta de que las cosas no eran así,
por mucho que yo quisiese, de que si quiero algo lo tengo que
conseguir por mi misma, porque como confíe en los demás no llegaré
a ser nada en la vida. Y fue el mejor
descubrimiento de toda mi vida, empecé a vivir a mi manera, a hacer
lo mejor para mi y no para el resto, y a disfrutar cada momento como
si fuese el último, y hacerme caso si os digo que es como mejor se
vive. Dejé a un lado los sentimientos y me dispuse a ser feliz, a
comerme el mundo, y a los demás. Aparté de mi mente el “que dirá
la gente” y escuché mis pensamientos, esos que me decían qué
quería hacer en cada momento, y así es como debería vivirse la
vida, viéndolo todo distinto al resto del mundo, ya que cada uno es
diferente, cada uno es como es, y a quien no le guste que busque a
otra persona, porque nadie debe cambiar su personalidad por nadie.
Así que sal ahí fuera y busca a quien te haga sentir bien, pero no
tanto como para malgastar tu tiempo sabiendo que al final no valdrá
la pena, solo diviértete con quien quieras, cuando quieras y como
quieras, y pasa del mundo, ya que si no lo haces, el mundo pasará de
ti.
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